Nos habíamos vuelto tan fieles. Es como que despues de tantos años de desconfianza se nos dió una nueva oportunidad, un nuevo papel blanco que llenar, y cómo aliviaba saber eso. Saber que podíamos tirar todo el cuaderno pasado al fuego si no nos gustaba, saber que podíamos guardar algunas hojas, solo las que nos gustaban y , fundamentalmente, poder llenar un nuevo cuaderno. Pero hoy, unos varios años después, nuestro cuaderno volvió a estar sucio y con liquit paper, con paginas arrancadas y con paginas de otras hojas que pegamos con cautela en el cuaderno.
Nos habiamos vuelto tan fieles al nuevo cuaderno, al nuevo yo, al nuevo nosotros. Tan fieles que en un abrir y cerrar vemos como roto el cuaderno está y nos da miedo y sabemos que hay que dejar pasar mas años para comprarte uno nuevo. No podemos recobrar la fidelidad, o por ahi si pero no se si tenés ganas. Y cuando algo ya está demasiado escrito se empieza a separar, lo que nos hace bien de lo que nos hace mal, y ahi hacés la balanza humana de las relaciones y tomás tu desicion. Y es todo un tema saber qué nos hace bien y qué nos hace mal. Como lo que me dijo ese viejo de la calle Arenales cuando estaba fumando mi marlboro común, nena, trata de que lo que te dé placer te haga bien a la vez, porque después si no se hace un circulo vicioso.
Un circulo, Aldu.
O

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